NANAS , HADAS Y DESEOS DE LIMON.

Cuando la miro y me mira, pienso en todo el tiempo que he estado sin ti.Pasé un embarazo malo, no por los dolores de espalda clásicos que dicen que te dan y que no sufrí, ni por los kilos de más que tampoco cogí. Lo tuve por los vómitos, las nauseas y sobre todo por un intermitente e inoportuno dolor de muelas.

Al principio de mi embarazo me gustaba mucho el limón, podría decirse que sufría antojos de limón, yogures de limón, refrescos de limón. Mandaba a mi pareja a que los comparara para después dejarlo a medio sorbo o después de tres cucharadas. Era levantarme por la mañana y estar feliz como una perdiz y llegar la tarde y venirme de nuevo los mareos y nauseas. El milagro y la receta para esos males vinieron de las pastillas llamadas CARIVAN. Carisimas las condenadas, para lo poco que cundían.El problema fue acertar con la dosis, que si por la noche una y por el día dos, que si al revés... hice múltiples combinaciones hasta que logré dar con la que erradicaba mis nauseas y vomitos. Tampoco sentí miedo durante mi embarazo. Pese a ser una experiencia nueva tuve el apoyo de una comadrona de 10, joven, cercana, cariñosa. Sus explicaciones claras y precisas sobre cada una de mis fases del embarazo y sobre todas las dudas que le planteaba, me tranquilizaron mucho.

Cundo vimos a Claudia por primera vez en la primera ecografia, fue otro momento destacado. Las caras que ponía mi pareja, que iban desde la felicidad al asombro, se sumaban a mis latidos y emociones. Cuando se vio aquel pequeño embrión, no fui capaz de reaccionar, pensé que mis lágrimas vendrían después de nacer, tampoco llegaron entonces. Aun hoy no se porque no se produjeron.

Una vez se confirmó que seria una niña, el nombre escogido fue CLAUDIA. Creo que a ella también le gusto ese nombre, porque sentí burbujas en mi interior. Sentir que empieza a moverse en tu interior, que te golpea... es una sensacion inexplicable. Muchos momentos me pasé acariciando y tocando mi barriga, luego vinieron los momentos de observar catálogos de cunas. cochecitos para elegir el de nuestra Claudia. El dolor de muelas que me acompañó durante gran parte del embarazo era lo que me tenia peor. No poder tomar una medicación potente por estar embarazada , hacia que los dolores fueran más grandes. Luego vinieron las clases de parto, y el tiempo que pasaba muy rápido. La visita al hospital durante las clases fue lo que más me gustó. Ver el paritorio era algo nuevo y fascinante para mí.

En las últimas semanas CLAUDIA no estaba en posición de parto natural, invitaba a una cesárea. Me disgusté, yo no quería una cesárea programada. Al final CLAUDIA no se giró y la cesárea programada se confirmó.Con los pocos kilos que había engordado y con las canastillas de mi comadrona para el momento del parto, se me paso la tristeza de saber que seria cesárea.Claudia ya venia, ya estaba aquí.



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